

Algunas de las preguntas que todo docente tendría que realizarse antes de empezar una clase sería ¿te lo vas a pasar bien en esa clase? ¿sería una clase en la que tú quisieras estar? ¿vas a disfrutar con tus alumnos? Si la respuesta a estas cuestiones es afirmativa, se cumplirá el principio del disfrute en el proceso enseñanza-aprendizaje. Por lo que, si disfrutas enseñando, posiblemente tus estudiantes también. ¿Qué puedes hacer para conseguirlo? Propón actividades que sean creativas y motivadoras para ti. Pregunta a los participantes por sus intereses. Realiza cambios en tus propuestas, para evitar caer en la rutina. Escucha a tus alumnos y preocúpate por ellos en todos los sentidos. Utiliza la evaluación formativa, intentando personalizarla y que el participante detecte que le sirve para mejorar. Y utiliza el juego con retos. Acuérdate siempre que si tu disfrutas, posiblemente ellos también.